Rusia considera que el propósito de Estados Unidos de designar al movimiento hutí Ansar Allah (hutíes) como organización terrorista puede influir negativamente en el arreglo político en Yemen.
«Me gustaría mucho que este pronóstico se cumpliera y que el proceso político no se vea afectado, pero muchos, incluidos representantes de la ONU, temen que se produzca un efecto negativo», dijo el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, una rueda de prensa tras reunirse con su homólogo saudí, Faisal bin Farhan.
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El jefe de la diplomacia rusa indicó que Moscú «saluda la postura de Arabia Saudí, que aboga por el carácter plenamente inclusivo del proceso político en Yemen con la participación de los hutíes».
Bin Farhan, a su vez, manifestó que la decisión de EEUU sobre Ansar Allah no tendrá consecuencias negativas.
«Apoyamos totalmente los esfuerzos de la ONU y abogamos por el avance del proceso político, pero consideramos que la decisión de EEUU no tendrá ninguna consecuencia negativa, como las que tienen las acciones de lo hutíes en el territorio de Yemen», subrayó el ministro saudí.
Agregó que los hutíes torpedean activamente el proceso de arreglo y que el movimiento Ansar Allah podría hacer un gran aporte a este si decide incorporarse al diálogo yemení.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, anunció el pasado domingo que el Departamento de Estado notificará al Congreso de EEUU su intención de clasificar al movimiento hutí como organización terrorista extranjera e incluirá en su solicitud a tres de los líderes hutíes en ese país.
El Gobierno yemení, reconocido por la ONU, dio la bienvenida al anuncio y afirmó que los insurgentes «merecen» lo decidido por el secretario de Estado saliente de EEUU.
Los rebeldes chiíes hutíes de Yemen, además de condenarla, anunciaron que se reservan «el derecho a responder» frente a cualquier decisión emitida por la Administración del presidente saliente Donald Trump.
La ONU también ha advertido de las graves consecuencias que puede tener esta decisión, entre ellas mayores dificultades para asistir a la población de un país que sufre la peor crisis humanitaria del mundo. EFE
